En los tiempos que corren, es muy dificil conservar los pies en la tierra; bajar las revoluciones; desenchufarnos de la rutina... Si pudièramos desconectar nuestro cerebro al llegar a casa tras un dìa agitado, asì como nos sacamos los zapatos, o nos ponemos una ropa còmoda, podrìamos disfrutar cada momento al màximo. Nunca nos alcanza el tiempo, especialmente para eso que es VIVIR PLENAMENTE, ni para prestar atención al bienestar de nuestro prójimo, respetándolo y aceptándolo.

Olvidamos que formamos parte de este Universo, con sus ritmos, sus reglas y su magia. Si no lo respetamos, no nos respetamos a nosotros mismos y menos, a otros seres.

Mi objetivo personal es mantener mi mente, mi cuerpo y mi alma en una misma frecuencia, en armonía con esos ritmos naturales, la mayor cantidad de años posible. Poder crear lazos armoniosos con otras personas, basadas en el respeto y aceptación de decisiones.

Bienestar por fuera y por dentro

El cuidado de la piel es algo que tenemos que tener en cuenta, por eso existen infinidad de tratamientos para mantenerla en perfecto estado, pero existen otros muchos que no se centran solo en la parte exterior del cuerpo, sino que combinan tratamientos para la piel y la mente en uno solo. El temazcal,  es un tratamiento ancestral basado en la utilización del vapor como método de relajación y purificación.
El temazcal se practica en México desde hace miles de años, ya que hay constancia de que las civilizaciones más primitivas ya lo usaban para mejorar su estado. Este tratamiento se realiza en pequeñas construcciones similares a un iglú o un horno de hacer pan. La idea es emular el vientre materno y conseguir con ello una purificación del cuerpo de las personas que se adentran en este lugar, pues todo el ritual se realiza sin ropa.
Para obtener los vapores característicos del temazcal lo que se hace es poner sobre piedras al rojo vivo infusiones de hierbas medicinales que se convierten en vapor que es el que actuará en nuestro cuerpo: 
- mejora el estado de nuestro aparato respiratorio, ya que el vapor abre las vías respiratorias y las depura, eliminando posibles restos contaminantes que merman la función de éstas.
-los vapores calientes que desprenden las infusiones medicinales además consiguen abrir los poros de la piel y ayudarnos a eliminar impurezas a través del sudor que emitimos. Pero no solo se queda en esto, sino que las propiedades de los vapores, y el estado en el que nos envuelve el temazcal hará que la relajación sea absoluta, ayudándonos a calmar los nervios, evitando así los ataques que el estrés del día a día causa en nuestro organismo.
No debemos olvidar que al combatir el estrés y la tensión que causa en nosotros el día a día y sus prisas lo que hacemos es mejorar el estado general de la salud, y es que estas situaciones extremas hacen que nuestras defensas se vean menguadas y corramos mayores riesgos de padecer enfermedades. Por ello recibir este tipo de baños de vapor es muy aconsejable si lo que queremos es mejorar nuestra salud al máximo. Desde luego se trata de algo efectivo, ya que es una tradición que se sigue practicando y cada vez son más los que se apuntan a ella.

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Proyectos aplicados en otros paises

Algunas de estas ideas, se podrìan enseñar en escuelas primarias o secundarias, para inculcarle a los màs chicos que no todo es descartable. Tambièn en organizaciones sociales, donde este tipo de tareas, pueden convertirse en un proyecto sustentable, creativo y principalmente saludable para todos. Pero lo màs importante es el uso individual: se puede aprovechar y compartir un rato divertido junto a nuestros hijos intentando crear regalos muy originales.

Auspiciantes

Auspiciantes




Mente... STOP!!!!!!!

Meditar tiene en nuestra cultura variados significados. Etimológicamente proviene del latín meditaríque significa "reflexionar", "pensar en algo", "estudiar". Por eso, por lo general, cuando hablamos de meditar sobre algo, estamos señalando que reflexionamos sobre una idea, sobre una lectura, etc. Pero en Oriente, el concepto es distinto. La meditación allí se refiere a algunas prácticas formales cuyo objetivo es observar la mente llevándola paulatinamente a la concentración en un solo punto ya sea en un objeto o en los propios contenidos (los pensamientos) de la mente. Por lo general, confundimos la mente con sus contenidos. Nuestra mente no es lo que pensamos. Los contenidos de la conciencia, los recuerdos, los deseos, los valores, las explicaciones sobre la vida v el cosmos pueden ser observados por el mismo "órgano", la tríente, que los origina continuamente. Muchas personas creen que no se puede dominar el pensamiento. Les parece inevitable que los pensamientos vengan y se hagan "cargo" de la mente. En cambio, lo primero que debemos comprender es que todos esos contenidos de la conciencia que expresamos en los pensamientos no son otra cosa que nuestras propias creaciones y, como tales puedo observarlas de la misma manera que puedo observar las palabras que acabo de escribir. Y también, cuando aparezcan desde ese lugar desconocido que llamamos "inconsciente", pueden ser observados las imágenes y los símbolos universales que proceden de nuestra propia cultura y la memoria ancestral que guarda las experiencias de toda la especie humana. Meditar, para las tradiciones orientales, no es pensar en algo sino que por el contrario, es dejarnos estar en perfecta calma para poder observarnos a nosotros mismos. Es la experiencia de observar nuestro cuerpo y nuestra mente sin juzgarlos. Por eso, meditar no es algo que se aprende sino que es dejar surgir libremente lo que somos sin interferir en ello. Dejar que las cosas sean como son. Meditar es dejarse ser.