En los tiempos que corren, es muy dificil conservar los pies en la tierra; bajar las revoluciones; desenchufarnos de la rutina... Si pudièramos desconectar nuestro cerebro al llegar a casa tras un dìa agitado, asì como nos sacamos los zapatos, o nos ponemos una ropa còmoda, podrìamos disfrutar cada momento al màximo. Nunca nos alcanza el tiempo, especialmente para eso que es VIVIR PLENAMENTE, ni para prestar atención al bienestar de nuestro prójimo, respetándolo y aceptándolo.

Olvidamos que formamos parte de este Universo, con sus ritmos, sus reglas y su magia. Si no lo respetamos, no nos respetamos a nosotros mismos y menos, a otros seres.

Mi objetivo personal es mantener mi mente, mi cuerpo y mi alma en una misma frecuencia, en armonía con esos ritmos naturales, la mayor cantidad de años posible. Poder crear lazos armoniosos con otras personas, basadas en el respeto y aceptación de decisiones.

EL MAESTRO: claridad y fe

El maestro enseña a confiar y comprender la necesidad del desapego, y está abierto a cualquier resultado de sus acciones sin inquietarse ante un posible éxito o fracaso.

Su forma de reclamar la atención a través de los aspectos sombríos es manifestar pautas de censura y control que llevan a la persona a mantener comportamientos rígidos, y juicios excesivamente subjetivos basados en el miedo y anclados en la falta de confianza. También se muestra mediante la confusión e ignorancia. Ambas son el lado oscuro de la claridad. Cuando estamos atrapados en ellas actuamos y opinamos bruscamente de manera inapropiada e inconscientes del contexto en el que lo hacemos. Otra fórmula a través de la cual el maestro expresa su necesidad de desarrollo son los apegos exagerados. Al aferrarnos demasiado a situaciones, relaciones o cosas, tendemos a controlar más que a confiar y perdemos objetividad. La sabiduría consiste en adaptarse a cada circunstancia con ligereza.

PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL MAESTRO

** Practicar la confianza: aprender a sentirse cómodos en la incertidumbre y la ignorancia de qué ocurrirá en el futuro o mañana mismo. Con el fin de integrar esta enseñanza los maestros utilizan trampas para sorprender a sus discípulos en situaciones inesperadas que les despiertan de sus rutinas y les permiten ver sus apegos.

** No aferrarnos: hay que ser capaz de no engancharse en una situación conflictiva y mantener el sentido del humor. Cuando no nos vemos arrastrados y podemos mantener nuestra objetividad y capacidad de reírnos, eso demuestra que las cosas no nos importan tanto. Hay que recordar también que cualquier perdida, material o afectiva, nos hace más humildes y nos enseña algo más sobre la aceptación y el desapego.

** Celebrar rituales: hacer ceremonias presididas por una intención sagrada honra los cambios de la vida y ayuda, en momentos de transición, a liberarnos del apego o del sentimiento de pérdida; de paso facilita el que todo vuelva a encajar en su sitio.

ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL MAESTRO INTERIOR

Meditación: sentada, en la postura del loto, en una silla, o de rodillas. Mantenerse así, con los ojos cerrados y manos sobre las rodillas, quince minutos al día para acceder a la quietud y al silencio. Este tipo de meditación enseña a esperar, escuchar y observar los mensajes del maestro interior.





Instrumento musical: palos y huesos. Chasquearlos representa el compromiso de romper con pautas y actitudes dañinas, sean familiares o culturales.






Invocar los espíritus de los antepasados: las tradiciones chamánicas creen que las almas de nuestros ancestros nos acompañan y que podemos solicitar su ayuda mediante la danza o el sonido del tambor.

Guardar silencio: las experiencias transpersonales se presentan con más facilidad en momentos de silencio y soledad, y a ser posible en medio de la naturaleza.

Animales de poder: las criaturas que viven en océanos y ríos son propias del maestro. No en vano el agua es venerada por los chamanes como agente de purificación y modelo de flexibilidad.

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Proyectos aplicados en otros paises

Algunas de estas ideas, se podrìan enseñar en escuelas primarias o secundarias, para inculcarle a los màs chicos que no todo es descartable. Tambièn en organizaciones sociales, donde este tipo de tareas, pueden convertirse en un proyecto sustentable, creativo y principalmente saludable para todos. Pero lo màs importante es el uso individual: se puede aprovechar y compartir un rato divertido junto a nuestros hijos intentando crear regalos muy originales.

Auspiciantes

Auspiciantes




Mente... STOP!!!!!!!

Meditar tiene en nuestra cultura variados significados. Etimológicamente proviene del latín meditaríque significa "reflexionar", "pensar en algo", "estudiar". Por eso, por lo general, cuando hablamos de meditar sobre algo, estamos señalando que reflexionamos sobre una idea, sobre una lectura, etc. Pero en Oriente, el concepto es distinto. La meditación allí se refiere a algunas prácticas formales cuyo objetivo es observar la mente llevándola paulatinamente a la concentración en un solo punto ya sea en un objeto o en los propios contenidos (los pensamientos) de la mente. Por lo general, confundimos la mente con sus contenidos. Nuestra mente no es lo que pensamos. Los contenidos de la conciencia, los recuerdos, los deseos, los valores, las explicaciones sobre la vida v el cosmos pueden ser observados por el mismo "órgano", la tríente, que los origina continuamente. Muchas personas creen que no se puede dominar el pensamiento. Les parece inevitable que los pensamientos vengan y se hagan "cargo" de la mente. En cambio, lo primero que debemos comprender es que todos esos contenidos de la conciencia que expresamos en los pensamientos no son otra cosa que nuestras propias creaciones y, como tales puedo observarlas de la misma manera que puedo observar las palabras que acabo de escribir. Y también, cuando aparezcan desde ese lugar desconocido que llamamos "inconsciente", pueden ser observados las imágenes y los símbolos universales que proceden de nuestra propia cultura y la memoria ancestral que guarda las experiencias de toda la especie humana. Meditar, para las tradiciones orientales, no es pensar en algo sino que por el contrario, es dejarnos estar en perfecta calma para poder observarnos a nosotros mismos. Es la experiencia de observar nuestro cuerpo y nuestra mente sin juzgarlos. Por eso, meditar no es algo que se aprende sino que es dejar surgir libremente lo que somos sin interferir en ello. Dejar que las cosas sean como son. Meditar es dejarse ser.