En los tiempos que corren, es muy dificil conservar los pies en la tierra; bajar las revoluciones; desenchufarnos de la rutina... Si pudièramos desconectar nuestro cerebro al llegar a casa tras un dìa agitado, asì como nos sacamos los zapatos, o nos ponemos una ropa còmoda, podrìamos disfrutar cada momento al màximo. Nunca nos alcanza el tiempo, especialmente para eso que es VIVIR PLENAMENTE, ni para prestar atención al bienestar de nuestro prójimo, respetándolo y aceptándolo.

Olvidamos que formamos parte de este Universo, con sus ritmos, sus reglas y su magia. Si no lo respetamos, no nos respetamos a nosotros mismos y menos, a otros seres.

Mi objetivo personal es mantener mi mente, mi cuerpo y mi alma en una misma frecuencia, en armonía con esos ritmos naturales, la mayor cantidad de años posible. Poder crear lazos armoniosos con otras personas, basadas en el respeto y aceptación de decisiones.

DIA INTERNACIONAL DE LA TIERRA

La primera manifestación tuvo lugar el 22 de abril de 1970, promovida por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson, para la creación de una agencia ambiental. En esta convocatoria participaron dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias y centenares de comunidades. La presión social tuvo sus logros y el gobierno de los EEUU creó la Agencia de Protección Ambiental y una serie de leyes destinada a la protección del medio ambiente.
En 1972 se celebró la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente: la Cumbre de la Tierra de Estocolmo, cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales y que se instituyeran las políticas necesarias para erradicarlos.
Las Naciones Unidas celebran el día de la Tierra anualmente en el primer equinoccio del año (alrededor del 21 de marzo).
En el Planetario se promovió el programa "Mi ciudad sustentable" para concientizar sobre el roll de cada uno de nosotros para cuidar al medio ambiete. Por medio de juegos para los más chicos, artesanías con deshechos, y una bicicleteada a favor del respeto por los recursos naturales. 


http://www.cicodi.org/programas/medioambiental.htm 
http://webmail.uflo.edu.ar/login.php?url=%2Fimp%2Fmessage.php%3Fmailbox%3DExtensi%2526APM-n.Sec%2Bde%2BI%2B%252B%2BD%26amp%3Bindex%3D181&nosidebar=1&horde_logout_token=0cbnmFbMgj92WuQix8n7Wfj5H6o&app= 

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Proyectos aplicados en otros paises

Algunas de estas ideas, se podrìan enseñar en escuelas primarias o secundarias, para inculcarle a los màs chicos que no todo es descartable. Tambièn en organizaciones sociales, donde este tipo de tareas, pueden convertirse en un proyecto sustentable, creativo y principalmente saludable para todos. Pero lo màs importante es el uso individual: se puede aprovechar y compartir un rato divertido junto a nuestros hijos intentando crear regalos muy originales.

Auspiciantes

Auspiciantes




Mente... STOP!!!!!!!

Meditar tiene en nuestra cultura variados significados. Etimológicamente proviene del latín meditaríque significa "reflexionar", "pensar en algo", "estudiar". Por eso, por lo general, cuando hablamos de meditar sobre algo, estamos señalando que reflexionamos sobre una idea, sobre una lectura, etc. Pero en Oriente, el concepto es distinto. La meditación allí se refiere a algunas prácticas formales cuyo objetivo es observar la mente llevándola paulatinamente a la concentración en un solo punto ya sea en un objeto o en los propios contenidos (los pensamientos) de la mente. Por lo general, confundimos la mente con sus contenidos. Nuestra mente no es lo que pensamos. Los contenidos de la conciencia, los recuerdos, los deseos, los valores, las explicaciones sobre la vida v el cosmos pueden ser observados por el mismo "órgano", la tríente, que los origina continuamente. Muchas personas creen que no se puede dominar el pensamiento. Les parece inevitable que los pensamientos vengan y se hagan "cargo" de la mente. En cambio, lo primero que debemos comprender es que todos esos contenidos de la conciencia que expresamos en los pensamientos no son otra cosa que nuestras propias creaciones y, como tales puedo observarlas de la misma manera que puedo observar las palabras que acabo de escribir. Y también, cuando aparezcan desde ese lugar desconocido que llamamos "inconsciente", pueden ser observados las imágenes y los símbolos universales que proceden de nuestra propia cultura y la memoria ancestral que guarda las experiencias de toda la especie humana. Meditar, para las tradiciones orientales, no es pensar en algo sino que por el contrario, es dejarnos estar en perfecta calma para poder observarnos a nosotros mismos. Es la experiencia de observar nuestro cuerpo y nuestra mente sin juzgarlos. Por eso, meditar no es algo que se aprende sino que es dejar surgir libremente lo que somos sin interferir en ello. Dejar que las cosas sean como son. Meditar es dejarse ser.