En los tiempos que corren, es muy dificil conservar los pies en la tierra; bajar las revoluciones; desenchufarnos de la rutina... Si pudièramos desconectar nuestro cerebro al llegar a casa tras un dìa agitado, asì como nos sacamos los zapatos, o nos ponemos una ropa còmoda, podrìamos disfrutar cada momento al màximo. Nunca nos alcanza el tiempo, especialmente para eso que es VIVIR PLENAMENTE, ni para prestar atención al bienestar de nuestro prójimo, respetándolo y aceptándolo.

Olvidamos que formamos parte de este Universo, con sus ritmos, sus reglas y su magia. Si no lo respetamos, no nos respetamos a nosotros mismos y menos, a otros seres.

Mi objetivo personal es mantener mi mente, mi cuerpo y mi alma en una misma frecuencia, en armonía con esos ritmos naturales, la mayor cantidad de años posible. Poder crear lazos armoniosos con otras personas, basadas en el respeto y aceptación de decisiones.

CRISIS

Las crisis son parte de la vida, de los cambios, y por eso contribuyen a nuestro crecimiento personal/espiritual. No hay que temerles ni buscar culpables. Simplemente dejar que ocurran y hablar de ellas como forma de catarsis. Las crisis pueden ser evolutivas o accidentales.
Las EVOLUTIVAS son culturales, previsibles, casi impuestas por la sociedad (supongo que diría el psicoanalista Carl Jung, podrían pertenecer al inconsciente colectivo) como ponerse de novio, recibirse, casarse o tener un hijo. En ese caso, es importante recurrir a los afectos y rodearse de gente que nos contenga.
Las ACCIDENTALES son difíciles e inesperadas, más trabajosas, requieren de todos nuestros sentidos para superarlas. Al principio nos dejan en shok, nos desorganiza internamente, nos trae ansiedad, miedos, bronca y hasta incluso depresión. Confusión, dudas, pesadillas, desconfianza, y tendencia a revivir permanentemente situaciones de angustia. Pero son las que más nos hacen madurar.
La travesía por este tipo de crisis nos permite tomar consciencia de la finitud, los límites, la fragilidad del ser humano. Se borran diferencias y provoca la unión hacia un mismo objetivo que es "cuidarse" en vez de "sálvese quien pueda" o "no me importa lo que te pasa", o"soy el ombligo del mundo"... Este autodescubrimiento nos ayuda a conocer nuestros recursos internos que eran desconocidos. Y también a quienes están para apoyarnos o no. Digamos, una selección de verdaderos amigos.



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Proyectos aplicados en otros paises

Algunas de estas ideas, se podrìan enseñar en escuelas primarias o secundarias, para inculcarle a los màs chicos que no todo es descartable. Tambièn en organizaciones sociales, donde este tipo de tareas, pueden convertirse en un proyecto sustentable, creativo y principalmente saludable para todos. Pero lo màs importante es el uso individual: se puede aprovechar y compartir un rato divertido junto a nuestros hijos intentando crear regalos muy originales.

Auspiciantes

Auspiciantes




Mente... STOP!!!!!!!

Meditar tiene en nuestra cultura variados significados. Etimológicamente proviene del latín meditaríque significa "reflexionar", "pensar en algo", "estudiar". Por eso, por lo general, cuando hablamos de meditar sobre algo, estamos señalando que reflexionamos sobre una idea, sobre una lectura, etc. Pero en Oriente, el concepto es distinto. La meditación allí se refiere a algunas prácticas formales cuyo objetivo es observar la mente llevándola paulatinamente a la concentración en un solo punto ya sea en un objeto o en los propios contenidos (los pensamientos) de la mente. Por lo general, confundimos la mente con sus contenidos. Nuestra mente no es lo que pensamos. Los contenidos de la conciencia, los recuerdos, los deseos, los valores, las explicaciones sobre la vida v el cosmos pueden ser observados por el mismo "órgano", la tríente, que los origina continuamente. Muchas personas creen que no se puede dominar el pensamiento. Les parece inevitable que los pensamientos vengan y se hagan "cargo" de la mente. En cambio, lo primero que debemos comprender es que todos esos contenidos de la conciencia que expresamos en los pensamientos no son otra cosa que nuestras propias creaciones y, como tales puedo observarlas de la misma manera que puedo observar las palabras que acabo de escribir. Y también, cuando aparezcan desde ese lugar desconocido que llamamos "inconsciente", pueden ser observados las imágenes y los símbolos universales que proceden de nuestra propia cultura y la memoria ancestral que guarda las experiencias de toda la especie humana. Meditar, para las tradiciones orientales, no es pensar en algo sino que por el contrario, es dejarnos estar en perfecta calma para poder observarnos a nosotros mismos. Es la experiencia de observar nuestro cuerpo y nuestra mente sin juzgarlos. Por eso, meditar no es algo que se aprende sino que es dejar surgir libremente lo que somos sin interferir en ello. Dejar que las cosas sean como son. Meditar es dejarse ser.