Más de lo mismo
En un país donde todavía hay escuelas o edificios sin rampa para sillas de ruedas, ni un sistema educativo para chicos con coeficiente intelectual diferente, parece una ridiculez mencionar la odisea de los zurdos...
Ser zurdo es mucho más que usar tu mano
izquierda más que la derecha. Es un don que por nada del mundo se debe
tratar de cambiar. Los zurdos no son torpes ni pretenden hacer todo
mucho más complicado; sólo viven en una sociedad que los ignora y antes
los perseguía.
Problemas como el corcho que se queda en la botella, las tijeras
que no cortan bien, las cuerdas de la guitarra están colocadas al
revés, los pupitres universitarios, entre otros, son situaciones que se
repiten con frecuencia.
Los zurdos no tienen nada fácil en un mundo en el que todo está
pensado y hecho para la mayoría diestra.
En la casi totalidad de los idiomas derecho o diestro es sinónimo
de correcto, justo, recto, hábil, listo, es decir, cualidades
positivas. De izquierdo o siniestro no se puede decir lo mismo, ya que
en los diccionarios significa también torcido, no recto, viciado,
infeliz y hasta funesto.
Si alguna vez un zurdo, de los que tienen la suerte de seguir
siéndolo, nos llama la atención por su torpeza se debe, sin duda, a que
los elementos están contra ellos: las tijeras, los abrelatas, los pela
papas, las máquinas de coser, las herramientas, los cuchillos, etc...
Afortunadamente en la actualidad estos problemas van disminuyendo
debido a una mayor conciencia social sobre el desarrollo de las
minorías. Hoy existen productos especiales y gran cantidad de
literatura e información sobre la naturaleza de los zurdos. Incluso,
grandes mitos se han propagado sobre las habilidades intelectuales y
creativas de los que dominan más su lado izquierdo. Ojalá veamos más comercios con objetos para zurdos como la de Flanders en Los Simpson.
Proyectos aplicados en otros paises
Algunas de estas ideas, se podrìan enseñar en escuelas primarias o secundarias, para inculcarle a los màs chicos que no todo es descartable. Tambièn en organizaciones sociales, donde este tipo de tareas, pueden convertirse en un proyecto sustentable, creativo y principalmente saludable para todos. Pero lo màs importante es el uso individual: se puede aprovechar y compartir un rato divertido junto a nuestros hijos intentando crear regalos muy originales.
Mente... STOP!!!!!!!
Meditar tiene en nuestra cultura variados significados. Etimológicamente proviene del latín meditaríque significa "reflexionar", "pensar en algo", "estudiar". Por eso, por lo general, cuando hablamos de meditar sobre algo, estamos señalando que reflexionamos sobre una idea, sobre una lectura, etc. Pero en Oriente, el concepto es distinto. La meditación allí se refiere a algunas prácticas formales cuyo objetivo es observar la mente llevándola paulatinamente a la concentración en un solo punto ya sea en un objeto o en los propios contenidos (los pensamientos) de la mente. Por lo general, confundimos la mente con sus contenidos. Nuestra mente no es lo que pensamos. Los contenidos de la conciencia, los recuerdos, los deseos, los valores, las explicaciones sobre la vida v el cosmos pueden ser observados por el mismo "órgano", la tríente, que los origina continuamente. Muchas personas creen que no se puede dominar el pensamiento. Les parece inevitable que los pensamientos vengan y se hagan "cargo" de la mente. En cambio, lo primero que debemos comprender es que todos esos contenidos de la conciencia que expresamos en los pensamientos no son otra cosa que nuestras propias creaciones y, como tales puedo observarlas de la misma manera que puedo observar las palabras que acabo de escribir. Y también, cuando aparezcan desde ese lugar desconocido que llamamos "inconsciente", pueden ser observados las imágenes y los símbolos universales que proceden de nuestra propia cultura y la memoria ancestral que guarda las experiencias de toda la especie humana. Meditar, para las tradiciones orientales, no es pensar en algo sino que por el contrario, es dejarnos estar en perfecta calma para poder observarnos a nosotros mismos. Es la experiencia de observar nuestro cuerpo y nuestra mente sin juzgarlos. Por eso, meditar no es algo que se aprende sino que es dejar surgir libremente lo que somos sin interferir en ello. Dejar que las cosas sean como son. Meditar es dejarse ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario